En uno de mis empleos anteriores, mi jefa ascendió a una compañera nuestra, a quien llamaerimos Sofía, meramente como ejemplo, a coordinadora. Esta chica hacía muy poco tiempo que estaba en la institución, menos de 5 meses, pero era amiga de ella, y había entrado a trabajar allí gracias a mi jefa. Lo cierto es que no tenía ni las habilidades técnicas –directamente no era del palo IT– ni tampoco el expertise.
Al principio todas y todos fingimos demencia y, a pesar de que Sofía era medio desastrosa, decidimos aceptarla. Sin embargo, poco tiempo después se volvió muy evidente que el cargo le quedaba grande.
A Sofía le costaba hacer tareas administrativas básicas, y yo que además de trabajar como técnica en IT tengo cursos de liderazgo, habilidades blandas e inclusive he trabajado como secretaria en el pasado, me dolía y me daba vergüenza ajena verla tropezar y cometer tantos errores que nos terminaron saliendo carísimo.
La atmósfera en el sector pronto se volvió sombría. A Sofía, como si fuera poco, le encantaba mandonear. No tenía ni una gota de habilidad blanda en su haber.
En un momento un compañero con más de 10 años de experiencia y yo, que era relativamente nueva, pero pisando fuerte, decidimos ir a hablar con nuestra jefa y plantearle nuestra preocupación pero el resultado no fue el esperado:
Nos fletó en dos minutos diciendonos que quizás lo más sensato sería que le demos tiempo hasta que se acomode.
Pasó el tiempo y el despelote se volvió habitual, al igual que la ineficiencia y el desinterés. Sumado a los maltratos y la falta de tacto de Sofía, comenzaron a renunciar muchos seniors. Un día me habló tan mal que me encerré en el baño a llorar. Y luego del llanto, tomé la decisión de salir a buscar trabajo.
Fue una perdida muy grande para esa institución que hayan dejado ir a tantas mentes brillantes que literalmente sostenían el lugar en pie, por culpa de una malísima decisión de management.
Desafortunadamente, gente como Sofía, y como mi –ahora– ex jefa, hay en todos lados. Y no puedo evitar preguntarme por qué en tantos lugares se asciende a cargos importantes a las personas menos idóneas.
¿Por qué creen ustedes que tantas empresas e instituciones ponen gente poco (o nada) de calificada en roles de liderazgo?
Supongo que algunas de las razones pueden ser: Favoritismo, poca o nula planificación, o simplemente mentalidad de casta.
Sea cual fuera la causa, el resultado siempre es el mismo: La institución temina pegandose un tiro en el pie.
Coordinadores o jefes que no estan a la altura de las circunstancias terminan destruyendo la atmosfera en el equipo, arruinan la eficiencia y ahuyentan a cualquier mente brillante a ponerse la camiseta.
Cuando tu coordinador o jefe es un imbecil, es cuestión de tiempo nada más para que aflore el desastre. El primer sintoma es la caída en la productividad y la eficiencia, proporcional al creciente desinterés institucional.
Y ni hablar cuando se trata de empresas que tienen trato directo con el público. Varias estadisticas demuestran que poner a la persona incorrecta a cargo hace que los equipos no logren alcanzar sus metas. E inclusive se les hace un daño muy grande a estas personas que han sido ascendidas por los motivos incorrectos. Al ser personas que no están calificadas para el trabajo, se las obliga a aprender un montón de habilidades en muy poco tiempo y mientras están realizando la tarea, lo cual las pone ante una situación de estrés y saturación que termina impactando en la salud mental del resto de las personas que tiene a cargo.
Aclarado todo lo malo de ascender a un boludo a jefe: ¿Cómo se puede solucionar, o qué considero yo que las empresas deberían hacer para solucionar este problema?
- Transparencia a la hora de instaurar una metodología de acensos. Y sin favoritismos. Todos los empleados y empleadas tienen que conocer como es que una persona es ascendida. Tiene que estar basado en mérito y cualquier persona dentro de la institución debería poder alcanzar la promoción indistinto de su color de piel, identidad de género, orientación sexual o credo.
- Capacitar en Soft Skills. Hace algunos años hice una capacitación en Accenture (Y accenture no me pagó por poner esto en el blog) que me gustó y me sirvió bastante, junto con un curso sobre liderazgo que hice en la Uni. de Lomas de Zamora, son mi toolbox favorita para tener una buena actitud política dentro de mi lugar de trabajo. Pero estas cosas han sido inciativas personales y no ofrecidas o fomentadas por ningún lugar donde he trabajado o prestado servicios profesionales.
- Hablar abiertamente del tema: Las y los empleados, como mencione antes, necesitan saber si están yendo en el camino correcto o no, y que pueden hacer para encaminarse, con metas claras y reconocimientos frecuentes. Sin chamuyarlos, obvio.
Creo que con tan sólo estas cosas, cualquier empresa o institución podría nutrirse de gente mucho más capacitada para manejar gente y, en consecuencia, tener equipos mucho más comprometidos, saludables y conectados con la visión y los objetivos.
Cuando una empresa o institución pone a un líder en un puesto de liderazgo, todos ganan.