La Guerra Global por los Chips: ¿Solución o Nuevo Problema?

las sanciones de EE.UU a China podrían salir muy mal

By Alexia

La guerra global por los chips va a empeorar

Mientras Rusia sufre escasez de microchips por sanciones, EE.UU. y Europa invierten miles de millones para competir con China. Pero el esfuerzo podría tener consecuencias no deseadas.

El renacimiento occidental de los semiconductores

Intel anunció la construcción de una enorme planta de 17.000 millones de Euros en Magdeburgo, Alemania, como parte de un plan para devolver la producción de chips a Occidente. Estados Unidos y la Unión Europea prometen subsidios por más de $100.000 millones para reducir la dependencia de Asia.

El CEO de Intel, Pat Gelsinger, lo plantea no solo como una decisión económica, sino estratégica: “No desperdiciemos esta crisis. Es economía, pero también seguridad nacional.”

Una cadena global difícil de desarmar

Pese al entusiasmo político, varios expertos advierten que esta estrategia puede salir mal:

  • Complejidad logística: la industria de chips es global e interdependiente. Intentar regionalizarla puede generar más cuellos de botella.
  • Incertidumbre industrial: fábricas locales no podrán suplir la demanda global a corto plazo.
  • Riesgo geopolítico: la dependencia de Taiwán (TSMC produce más del 50% de los chips para terceros) es vista como un problema estratégico, sobre todo si China decidiera invadir la isla.

Rusia como caso testigo

Las sanciones occidentales cortaron el acceso de Rusia a chips avanzados, lo que impactó fuertemente su industria automotriz. A su vez, Rusia y Ucrania son grandes exportadores de materiales clave como paladio y neón, lo cual muestra lo delicado del equilibrio global.

China pisa fuerte

China ya lleva invertidos más de $150.000 millones para convertirse en una potencia de semiconductores hacia 2030. Aunque sigue detrás en tecnología avanzada, está cerrando la brecha rápidamente.

Europa no quiere quedarse afuera

La UE apunta a producir el 20% de los chips mundiales para 2030, lo que implicaría cuadruplicar su capacidad actual. Pero hay dudas sobre si el enfoque es realista y si conviene priorizar chips de última generación cuando lo que falta hoy son los modelos “maduros” (menos avanzados pero más usados).

¿Un proteccionismo disfrazado?

La Casa Blanca presiona a países como Países Bajos para frenar la exportación de maquinaria clave (como la de ASML) a China. A su vez, gobiernos europeos frenan adquisiciones de empresas asiáticas por motivos estratégicos. Estas políticas pueden terminar restringiendo aún más la cooperación global.

¿Solución o más problemas?

El investigador Jan-Peter Kleinhans advierte que este enfoque político podría empeorar la escasez: cuando los gobiernos intentan decidir qué chips se producen y para quién, el mercado deja de funcionar como tal.

“Son herramientas del siglo XX aplicadas a cadenas de valor del siglo XXI.”

Conclusión

Todos quieren independencia tecnológica, pero la realidad es que fabricar chips sigue siendo un esfuerzo global. Si bien hay argumentos válidos para relocalizar parte de la producción, hacerlo ignorando la complejidad de la cadena puede traer más problemas que soluciones.


¿Creés que Europa y EE.UU. pueden alcanzar la autonomía en chips sin Asia? ¿O estamos entrando en una nueva etapa de fragmentación tecnológica global?

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