Microsoft una vez llamó 'Cancer' a Linux

Y fue un error gravísimo.

By Alexia

Durante años, Microsoft fue hostil hacia Linux. Y aunque hoy en día su relación con el software libre cambió muchísimo, las cicatrices de esa guerra todavía se notan.

Allá por el 2001, el entonces CEO de Microsoft, Steve Ballmer, dijo una frase que quedó en la historia:

“Linux es un cáncer que se adhiere, en el sentido de la propiedad intelectual, a todo lo que toca.”

Hoy, más de dos décadas después, Microsoft continúa coqueteando cada vez más con Linux. ¿La razón? Entendió que lo que las empresas realmente quieren es Linux, no Windows Server. Tanto en servidores como en la nube.

Pero ese giro tardío dejó heridas. Y varias.

Una obsesión equivocada

Se escribió mucho sobre Microsoft en el pasado, pero mirando en retrospectiva, el problema parece evidente: la empresa se obsesionó con poner Windows en absolutamente todos los dispositivos, cuando en realidad debería haber buscado cómo ganar dinero con todos los dispositivos, sin importar el sistema operativo.

La dirección bajo el mando de Ballmer veía a Windows como al eje de todo, y muchos fanáticos aplaudían como focas sin cuestionar, como si se tratara de un equipo de fútbol.

Mientras Microsoft seguía mirando el mundo a través del prisma de las PCs y servidores con Windows, el mundo cambiaba rápidamente. Las PCs y notebooks dieron paso a una enorme variedad de dispositivos con distintos tamaños de pantalla y formas de uso. Y los servidores se transformaban en plataformas de nube.

El “what if” más grande de su historia

Si en lugar de forzar Windows en todos lados, Microsoft hubiese construido ecosistemas independientes de Windows, probablemente hoy tendría una posición dominante en mercados que, en la actualidad, son terreno de Apple, Amazon y Google.

Estoy convencida de que, si Microsoft hubiera adoptado a Android y a Linux desde el principio, jamás hubiese dejado que productos como el iPhone, Kindle, Chromebook o los Pixel se quedaran con todo. Y seguramente, con mayor diversidad de dispositivos, el mercado hoy sería más sano.

Pero eligió no hacerlo, y dejó una pila enorme de plata sobre la mesa.

Grietas en su imperio

El resultado es que hoy Microsoft tiene grandes vacíos en su imperio:

  • No tiene un smartphone propio ni una tablet barata que compita.
  • No tiene nada que le haga frente a las thinkpad, las macbooks o las Chromebooks.
  • Su tienda de apps no logra despegar.
  • Tiene una presencia pequeña en la industria del entretenimiento.
  • Y casi ninguna influencia en automatización del hogar.

Y con jugadores tan establecidos, ya es muy difícil que logre meterse en esos mercados de forma significativa.

Y para algunos quizás sea una pena, por que lo cierto es que podría haber sido muy diferente.

Pero es lo que es.

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