Si estás en una sala de espera y alguien se sienta al lado tuyo con cuatro iphones atados en la frente, que harías?
Yo, como mínimo, me cambiaría de lugar.
Eso es exactamente lo que está sucediendo con el nuevo Apple Vision Pro. Cada uno de estos aparatos contiene más o menos el equivalente a la cabeza llena de iPhones: 2 sensores de profundidad, seis micrófonos y 12 (SI DOCE!) cámaras.
Lo utiliza fundamentalmente para mantener un registro preciso de la gente y los ambientes en tiempo real, en tres dimensiones. Cada gesto facial, corporal, y hasta parpadeo de los ojos –ajenos.
El Apple Vision Pro, cuyo precio de lanzamiento ronda los $3500 dólares, promete ser lo más de lo más, como lo fue el iPhone durante su lanzamiento. Básicamente permite que, al –vestir?– uno de estos visores oculares, puedas ver lo que tenés en frente pero lleno de imagenes generadas digitalmente e información superpuesta entre tus ojos y los objetos que te rodean.
Algunas personas pensarán que tener una computadora pegada a los ojos es una pésima idea. (Hola metaverso de Facebook) pero si pensamos en frio la cantidad de data que este dispositivo recolecta, más que una idea pésima, parece una idea aterradora. Creo que nunca en mis 40 años he visto un dispositivo que levante tantos datos personales como este.
Si este va a ser el futuro, me surgen varias preguntas.
Apple manifiesta que ha tomado medidas para restringir información que recolecta el dispositivo, como lo que la gente mira cuando lo usa, pero hay otros riesgos a la privacidad que parecen no importar.
¿A donde van a parar los mapas 3d que estos dispositivos hacen de nuestros hogares o lugares de trabajo? ¿Quienes tienen acceso a todas estas imagenes?
En el 2013, cuando Google lanzó Google Glass, la respuesta de la gente no fue la esperada. Y era apenas una pequeña pantalla y una camara, pero lo suficiente como para que muchas personas se asustaran (con justa razón) debido al hecho que podrían estar siendo grabadas y filmadas sin su consentimiento.
El backlash que recibió tanto Google como la gente que los compró fue tal que no prosperó, incluso hasta surgió un nuevo termino para describir a las personas que los compraron: Glassholes Un portmanteau entre Glass (por google glass) e imbecil (la traducción literal, googleenla)
Ahora Vision Pro, que intenta repensar el celular –Al pedo– trae un montón de problemas como el geotracking, la casi total perdida de la privacidad y quién sabe que podría suceder si se leakea la data que collectan los aparatos.
Supuestamente si alguien filma con el Apple Vision Pro, el dispositivo enciende una luz. Claro que esta advertencia sería entendida por casi nadie, y en su defensa, Apple agrega que las aplicaciones de terceros no tendrían acceso a las cámaras.
Asimismo lo realmente peligroso son los mapas, como dije antes, capaces de detectar que clase de televisor o computadora tenés, o si estás sentada en una silla común o una silla de ruedas, como se ve tu dormitorio tu baño etcetera y en base a eso hacer elecciones de marketing personalizado.
La cantidad de empresas que se dedican a estas prácticas agresivas de marketing deben estar con los cubiertos en la mano y un babero esperando que la gente compre estas porquerías.
En fin, quizás me estoy adelantando, o quizás me estoy poniendo vieja y cada día desconfío más de este tipo de dispositivos. Supongo que en un par de años sabremos el impacto real de estas cosas y si efectivamente reemplazará al celular y andaremos todos y todas como zombies con este coso en la cabeza, o si serán dos o tres personas con esto y el resto mirandolos con desconfianza.